Creo que las imágenes hablan por si solas.
Nunca había tenido un trato tan cercano con esta raza de perro y solo puedo decir que Thai, en todo momento rebosaba de felicidad, amabilidad, cariño y simpatía.
Era como si nos conociera de toda la vida, nunca había recibido tantos lametones y besos de un perro en el que salta a la vista el positivismo y el amor que desprende hacia las personas que le rodean.
Tengo que decir que fue experiencia inolvidable.