BETISA, MAIKO Y THAI: «Nos criaron con perros.»

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» Nos criaron en un entorno con animales, nos criamos con perros. Esto no implica a la fuerza vivir en un pueblo. Nuestra familia es de ciudad pequeña, de costa, de mar, y de….perros.
Tuvimos la gran suerte de conocer a nuestra amama zaharra…
(bisabuela) y a su último perro. Tuvimos la suerte de crecer rodeados de mucha familia y muchos perros.
No hace tantos años de esto en realidad, como tampoco hace tantos años que los perros simplemente, se tenían. Eran los perros de casa.
Este término; Los perros de casa, se aplicaba, se aplica y se aplicará en nuestra familia siempre.
El hecho de no ser el propietario legal; que serio suena esto!. No implica que no sean los perros de la familia. Que no cuenten, que no afecte lo que sea de ellos, a través de la alegría o la tristeza de tu familiar, su propietario legal. Y no sólo a través de alguien, estos perros cuentan por si mismos. Su vida está unida a la de la familia, sus andanzas, sus «cosas».
Las cosas que les pasan son motivo de llamadas telefónicas, comentarios y preguntas variadas, reuniones de bienvenida y como no, y tristemente, reuniones de despedida.
No hablamos de razas, aunque razas claro que hay y había!, o no!. Hablamos de perros, perros con nombres, todos ellos recordados, perros que seguramente no necesitaban
un nombre, perros que no sabían nada de razas, pero sí de mil y una aventuras.

A día de hoy, en nuestra familia sigue habiendo perros, pero qué curioso que un real decreto que desarrolla una ley, una ley que juzga animales, dato ya de por sí extraño, nos diga que algunos de los perros de nuestra familia son así…potencialmente peligrosos. No es el mío, no tiene porqué serlo, esto da igual, es de la familia.
Curioso nos resulta que esta ley de animal potencialmente peligroso diga que algunos de nuestros perros son diferentes. Que alguien de nuestra familia, que parte de nuestra familia es diferente también.
Indignante resulta que esta ley lastre familias, preocupante que se siga repitiendo que los dueños tienen la culpa, cuando a los dueños lo único que les piden son:
Requisitos que lastran económicamente.
Requisitos que juzgan no sólo a perros, juzgan a gente.
Requisitos imposibles de llevar a cabo.
Normas de utilización, como si estos perros fuesen cosas, normas dañinas para cualquier perro. Normas que parecen no tener ningún buen fin, más que dañar y vejar a familias, perros incluidos, por supuesto!. Y con la peor etiqueta que cabría esperar, la de una ley amparada por la justicia.
Nos criaron con perros…., y nos criaron en el convencimiento de que formaban parte de la familia. Sin negar su naturaleza de perro e intentado en la medida de nuestras «humanas» posibilidades respetarles y no dañarles.

Así que, si. ¿Cómo no vamos a estar con Thai ?.¿ Cómo no vamos a estar con los perros de la familia?, de nuestra familia. ¿Quién en su sano juicio no se pondría de parte del dañado y vilipendiado?.
Los perros se ganaron nuestra admiración, se ganaron nuestro respeto y el respeto se demuestra.
Nos criaron con perros.»

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