NICO & THAI

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Soy Nicolás, amigo de Thai. Cumplo 6 años y puedo decir con orgullo que llevo 3 años, la mitad de mi vida, dedicando gran parte de mi tiempo a algo que me apasiona, los animales.

Yo no soy de ese tipo de gente a la que solamente les gusta su perro e ignoran las desgracias de otros, toleran las injusticias a las que muchos se ven sometidos y consienten las maldades que muchos padecen.

Estoy en plena época de crecimiento, eso me dice mi madre, y yo sé que no sólo se refiere a la estatura, estoy creciendo y formándome como persona. No soy “sólo un niño”, igual que ellos no son “sólo un perro”. Soy una persona que está adquiriendo unos valores para un futuro que pronto llegará.

Muchas veces los mayores decís que el tiempo pasa volando, así que pronto llegará el momento de ser mayor y llevar a cabo todo aquello que ahora, con estos 6 años que cumplo, estoy aprendiendo. Mi madre dice que el respeto, la educación, el esfuerzo y el amor son los pilares fundamentales para hacer de tu vida y la de los demás bonitas. Yo sueño con vidas bonitas. Una palabra que escucho mucho es “vida” y si algo tengo claro es que si ya por naturaleza no somos dueños de ella, no entiendo y me enfada si alguien se atreve a menospreciarla, dañarla… Yo… sueño con vidas bonitas.

Hay una cosa que me enfada más que nada y no logro comprender. A veces voy a casa de mi amiga Thai a jugar, ver la tele juntos, hacernos fotos chulas… ¿por qué puedo jugar con ella en casa y no en la calle? Hay una ley, la ley PPP, que dice que en el momento en el que Thai y yo salimos a la calle, ella tiene todo prohibido y nada permitido. En ese momento se acabaron los juegos y empieza el bozal, la correa y no sé cuantísimos papeles que si se te olvidan en casa o no los tienes te hacen pagar el equivalente a 1.000 playmobil. ¡No es justo! Ni para ella ni para mi. Me enfada tanto eso que una vez fui a una manifestación. ¡Éramos muchísimos! Seguro que los que hicieron la ley al vernos a tantos allí se darían cuenta de que no tiene sentido la injusticia a la que nos someten. Yo… sueño con vidas bonitas.

Tuve un dobermann, Athom se llamaba. Ha sido el mejor perro del mundo. No os lo vais a creer pero en Madrid, donde vivimos, no estaba catalogado como PPP, pero… en la playa, en Alicante, sí. ¡En serio! Pensé que no lo entendía bien porque soy “sólo un niño” pero ¡qué va! Es como un juego, aquí sí, aquí no, adivina dónde y cuánto es la multa. Un juego nada divertido. Nada es divertido con ésta ley.

De todo lo que me cuenta mi madre y todo lo que veo saco una conclusión. “ Respeta a los demás, ama la vida, condena el daño y no toleres las injusticias”. Vale para todo y para todos. Yo… sueño con vidas bonitas. Os deseo una vida bonita, que deberéis conseguir con esfuerzo.

Hay un sitio donde hacen que los perros que han pasado por situaciones que no les correspondían y que ninguno merece, tengan una vida bonita. Allí hay un montón de perros, muchos de ellos como Thai, como Athom… se llama DogHorseCity.

Ellos, a cambio de salvar vidas y convertirlas en vidas bonitas no piden nada a cambio. Yo sí quiero hacerlo, yo sí te pido que les ayudes, desde no despreciando la vida hasta conociendo su labor y colaborando. Ese sería mi mejor regalo de cumpleaños.
https://www.facebook.com/Doghorsecity/
https://www.facebook.com/dogcityadopciones/

 

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