Todos podemos ser peligrosos, los humanos, los perros, … pero no lo somos por naturaleza, ni por nuestra raza, ni por alguna peculiaridad común. Si llegamos a serlo, es por las condiciones en que se nos educa, por nuestro entorno ambiental y las circunstancias externas que nos impulsan a que aflore un comportamiento agresivo.

Existen personas agresivas, orientales, africanas, caucásicas, las encontraremos en todas partes. Existen perros agresivos, chihuahuas, pitbulls, yorkshires o cockers, pero el responsable de que un perro sea agresivo es quien permite que eso ocurra, no su raza, como tampoco lo es el origen o la raza de las personas. A nadie se le ocurriría plantear ese disparate.

La legislación debería dejar de imponer condiciones basándose en fundamentos genéricos, prejuiciosos y discriminatorios, para hacerlo sobre responsabilidades de las personas, ya sea por dejación en las labores educativas y de prevención, o por el mal proceder de los propietarios que fomentan la agresividad de sus perros, sean de la raza que sean.

Desde Mundo Frenchie apoyamos la campaña “Estoy con Thai”, convencidos de que entre todos conseguiremos la derogación de la Ley 50/1999 y desmitificar el extendido concepto de peligrosidad y agresividad imperante hoy en día