Adiestramiento La Huella de Milú
La ley P.P.P. (Perros Potencialmente Peligrosos, ley 50/99) parte de una premisa errónea “los perros son agresivos por ser de la raza … o tener cierto tipo de características”. Pero si algo sabemos los adiestradores profesionales es que la agresividad no es eso.
La agresividad está compuesta por tres grandes factores 1. La genética, 2. El ambiente / historia de aprendizaje y 3. La interacción entre ambos. Es decir, un perro cuyos progenitores (cercanos) muestren agresividad tienen más probabilidades de mostrar conductas agresivas en un futuro, pero si su historia de aprendizaje se ha basado en una correcta socialización y un aprendizaje de patrones de conducta sumisos, lo más seguro es que este perro no muestre ningún problema de conducta. Si, por el contrario, este perro no es educado y de le deja “vivir la vida loca” lo más probable es que predomine el factor genético, dando lugar a la aparición secuencial de conductas dominantes / agresivas, lo que derivará en un perro con agresividad.
Pero no solo es la genética el factor precipitante, también se puede dar un perro que no haya heredado patrones agresivos de conducta pero que si los haya aprendido bien directa (típico “macarra” que quiere un perro “chungo” para presumir o perros adoptados con historial de maltrato) o indirectamente (típicamente familias primerizas). Cosas que un primer momento con un cachorro pueden parecer graciosas como dar pequeños mordiscos para pedir cosas, dormir en nuestra cama, tirar de la correa, sentarse o tumbarse encima de nosotros… son pequeños gestos que van abriendo el camino hacia conductas agresivas.
La ley P.P.P. se olvida de estos factores y sólo tiene en cuenta la genética y además solo la genética a largo plazo dado que, dentro de una misma raza, aunque en sus orígenes haya sido empleada para hacer labores que requieran agresividad, no tiene porque en la actualidad seguir dándose esos patrones agresivos en todos o la mayoría de sus individuos (selección natural).
En nuestra labor como adiestradores, la mayoría de los perros que acuden a nosotros suelen tener problemas de a agresividad, y es en este punto donde creo que si se cambiaran los requisitos para ser un perro P.P.P. la ley sería más que correcta. Perros con agresividad intraespecífica (perro-perro) o interespecífica (perro-humano) hasta que sean tratados por un profesional e incluso durante el tratamiento, suponen un peligro para todos. Estos perros deberían de ir con bozal y correa de menos de 2 metros sin duda alguna hasta su total recuperación y reinserción.
Con todo lo dicho anteriormente ley P.P.P. si y no: No si se considera como potencialmente peligrosos a todos los perros de determinadas razas o con determinadas características, y Sí para perros que ya presentan problemas de agresividad.