«¿Esta es de los perros malos, no? » Eso es lo último que me faltaba por oír y lo escuché el otro día cuando una vecina vio a mi perrita Nela, una American Stafford de 10 meses. En ese momento la indignación se da la mano con la rabia al pensar en tu perra, que nunca a roto un plato en casa, ni siquiera cuando llegó con 3 meses. Te dan ganas de contestar, ¿por qué es mala, señora?¿le ha gruñido, mordido o mirado mal acaso?
Pero te cargas de paciencia y haces lo único que podemos hacer entre todos, concienciar. Le explicas a la señora que los perros que aquí se conocen como potencialmente peligrosos como mi American o los pitbulls, en el mundo anglosajón son llamados ‘nanny dogs’ por la magnífica relación que mantienen con los niños y su papel de ‘niñeras’. Estoy segura de que será así entre Nela y la pequeña Valeria a la que estamos esperando.
¿Perros malos? La madre de Nela fue abandonada en una casa okupa cuando estaba embarazada. Sin agua, sin comida…en una situación límite en la que tuvo que matar a los cachorros más débiles en un intento extremo de conseguir que alguno de sus cachorros sobreviviera. Solo el aviso de unos vecinos y la increíble labor de la protectora especializada en razas ‘PPP’ Life4pitbulls, consiguieron dar un final feliz a la historia. Adoptamos a Nela con casi tres meses y una cicatriz cruzando su lomo que nos recuerda cada día lo cerca que estuvo de no salir de aquella casa y sobre todo del verdadero significado de las siglas PPP: Personas Potencialmente Peligrosas. Señora, ellos son los malos.