«nto en positivo. El mito al que me refiero es el siguiente:
Si tenemos un perro fuerte o de “presa”, debemos ser duros con él para que no nos “domine”…
Esto no es que sea simplemente falso, sino que incluso debería ser todo lo contrario: precisamente, con los perros de gran tamaño, lo que mejor funciona es la educación canina en positivo, ya que comprenden que el ser humano no es una amenaza y facilita la asociación de las personas con estímulos agradables. Es decir, si tenemos un perro grande, con mucha fuerza y potencia de mandíbula, en un enfrentamiento con él (algo que no debe buscarse jamás), tenemos todas las de perder y deteriorar la relación y el vínculo. Utilizar técnicas de entrenamiento basadas en la fuerza o la imposición conseguirán que, en algún momento, el perro llegue a defenderse de nosotros, nos gruña o nos muerda. Estaríamos consiguiendo agravar comportamientos indeseados llevándolo al límite, potenciando un perro con muchas probabilidades de responder con agresividad ante nosotros mismos y otras personas. Esto pasaría independientemente de la raza a la que pertenezca el perro, pero concretamente haríamos un flaco favor a razas que ya están estigmatizadas.
Debido a este mito se sacrifican muchos perros que no tenían ningún problema de comportamiento, creándoselo nosotros como consecuencia de una manipulación inadecuada y un nefasto asesoramiento sobre educación canina.
En este punto queremos romper una lanza a favor de los mal denominados PPP. En España se aprobó una ley a este respecto hace más de 10 años, muy discutida, polémica y, a nuestro entender, en su conjunto, bastante errónea. En ella se nombran ocho razas de perros “potencialmente peligrosos” y se añade un anexo al margen de estas ocho razas en el que simplemente se detallan una serie de características principalmente físicas. Dicha ley fue finalmente redactada sin amplio consenso y sin haber tenido en cuenta la opinión de especialistas en comportamiento canino para elaborarla.
La mayoría de especialistas en comportamiento canino coinciden en afirmar que es un error catalogar a los perros por su raza. Habría que valorar a cada individuo en particular, independientemente de la raza a la que pertenezca y analizar su comportamiento, que vendrá en gran medida determinado por numerosos factores ambientales junto con el tipo de educación que hayan recibido.
Gracias a Loli y Thai por esa magnífica foto a su lado y ¡mucha suerte con el proyecto!«
Gracias Enrique y LealCan Adiestramiento por vuestra aportación al proyecto «Estoy con Thai» . Desde el principio hemos insistido en que sois los profesionales a los que se os tiene que oir por encima de los políticos. Necesitamos una ley coherente y práctica. Y la figura del profesional tiene que estar necesariamente ligada a ella.
web: www.lealcan.com